Benito se encuentra a Noelia, que sigue bastante triste por la muerte de su padre, y además está muy atareada al hacerse cargo de la casa, del gimnasio y del pequeño Nico. Benito se ofrece entonces a hacerle salpicón de pollo para la cena. Por otra parte, Manolo y Benito deben pintar una pared en la que hay una mancha de colores en relieve. Se ponen a picar y quitarla les lleva horas. Todo se complica cuando Tino les dice que se trataba de una obra de arte.