 
                    El tiempo pasa rápido y, tras haber disfrutado todos gracias a la recompensa de Saito Kyoto en las playas caribeñas durante el verano (después de que España fuera eliminada del Mundial 98 en la primera fase), toca volver a la rutina del trabajo, cosa que a Manolo y especialmente a Benito les cuesta mucho afrontar. Además, se produce un cambio importante en el barrio: Tony y Noelia cierran el bar que abrieron debido a sus malos resultados y se marchan a Ibiza, traspasándolo. En ese espacio vacío, Manolo y Compañía serán los encargados de construir un nuevo bar para la plaza, llamado por sugerencia de Manolo La Molleja, gracias a dos inversoras extranjeras, una inglesa y otra italiana, conocidas de Tino.