Manolo y Benito necesitan devolver urgentemente un préstamo y no tienen ni dinero ni forma de conseguirlo, ya que unos colegas les han quitado de forma sucia un trabajo pendiente. Desesperados, aceptan un inusual encargo: elaborar una falla para una fiesta que un avispado constructor quiere organizar para ganarse el favor de un alto funcionario de Obras Públicas.